La iluminación del local debe ser variable porque hay varios momentos dentro de nuestra fiesta de quince. Las luces amarillas o blancas deben predominar cuando estemos en la ceremonia inicial, es decir, cuando ingresemos al salón, cuando hagamos nuestro discurso y cuando bailemos la música que hayamos elegido.
Sin embargo, después de la parte ‘formal’ de la celebración podríamos usar luces de colores, cortadores, e incluso efectos de humo o burbujas que darán un ambiente disco al local y ánimos para que todos se animen a bailar con nosotras.
Por otro lado, el sonido y la música puede ser maneado por un DJ o alguien que conocemos con sentido y técnica musical. Sin embargo, su criterio no debe predominar sino el nuestro, ya que podríamos preparar una lista de canciones que sabemos gustará a nuestros invitados. Además, sería conveniente que el DJ aceptara sugerencias de los asistentes durante la fiesta.
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