El dorado dejó de usarse un tiempo porque al “vestir” todo el decorado llegaba a deslucir el atuendo de la quinceañera. Actualmente, se estila ponerlo en los accesorios más pequeños -como los globos, lazos y servilletas-, combinándolo con el blanco para los objetos más grandes:
A propósito del blanco, este color nunca pasa de moda porque su sobriedad combina con todo y ayuda a realzar los demás elementos del salón. No obstante, hay que darle un toque personal con adornos de tonalidades más juveniles para que no se confunda con otro tipo de celebración.
Otro que no pasa de moda, además de ser el favorito de las chicas de quince, es el rosado. La feminidad y delicadeza que evoca este color es perfecto para simbolizar el paso de niña a mujer que es el origen de la celebración de los quinceañeros.
Para las que gustamos de la coquetería rosa pero con un toque de mayor intensidad, el fucsia es una excelente opción -y por cierto, de las que más se estila hoy en día- por ese especial magnetismo que desprende y que llena de buena vibra la ambientación:
Uno de los colores que está dando la hora en la decoración de Quinces es el azul. Su variante pastel puede lucirse con blanco o celeste e inclusive sola, sin parecer demasiado fuerte o masculino.
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