Aparte de un lindo vestido, zapatos y accesorios, lo que más impacta es el maquillaje que usemos, el cual se encarga de realzar la expresión de nuestro rostro y proyectarla a los demás.
Es importante contar con una actitud positiva y estar lo más serenas que podamos, ya que la preocupación se deja notar con facilidad en la cara. Además, antes de realizar el make-up es mejor someternos a un tratamiento de desintoxicación con loción removedora y crema humectante para que no haya rastro de cansancio que afecta nuestra apariencia de princesas.
La clave de cualquier maquillaje de Quince es que destaque con naturalidad nuestras facciones. Comenzando por los ojos, su delineado debe ser un poco marcado en la parte inferior y con un suave trazo en los párpados y pestañas, jugando con tonos encendidos que contrasten con el color de nuestro vestido. Igualmente, las sombras deben ser de tonos pasteles, llegando hasta las cejas y la parte que cubre las ojeras.
Para los labios el compañero inseparable es el gloss, de preferencia del mismo color de nuestro atuendo y con un punto de escarcha en el centro rodeado por la marca de un lápiz delineador en un tono más bajo. Y cerrando con broche oro, un poco de rubor para los pómulos, que generalmente varía entre rosa y melón, extendiéndose con movimientos circulares desde la zona más cercana a la nariz hasta antes de la orejas.
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