miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cómo debe ser tu salón para fiesta de quince


En anteriores posts te comentaba que es mucho mejor organizar con tiempo nuestra fiesta de quince, porque así cualquier inconveniente no alteraría el éxito de nuestra celebración, ya que tendremos alguna opción para solucionar algún problema.

Para ser organizadas debemos empezar por buscar un salón adecuado para nuestra fiesta de quince, pero ¿qué características tiene que tener este espacio?

En primer lugar, debemos de tener en cuenta la cantidad de personas que invitaremos a pasar horas muy especiales con nosotros. Hay locales muy pequeños que tienen capacidad de 100 personas, pero también hay espacios amplios que incluso dan la facilidad en la decoración y la creación de livings para nuestra fiesta de quince.

El salón debe ser un lugar seguro, una empresa seria que alquila locales para fiestas de todo tipo siempre tiene sus documentos en regla y el local mismo tiene señalizaciones que permiten brindar detalle sobre su capacidad, seguridad, etcétera.

Tenemos que ver la ubicación del local también porque nuestras amigas y amigos que irán a nuestra fiesta podrían sentirse incómodos por el lugar. Por ello, debemos tratar de que el salón sea un lugar céntrico donde haya lugares reconocibles para que sirvan de referencia para llegar al local.

Además, tenemos que tener en cuenta que si elegimos un local muy alejado de las zonas donde viven nuestros invitados debemos de pensar en la posibilidad de alquilar una movilidad. De acuerdo a la cantidad de invitados que tengamos podemos alquilar un bus o un microbús.

Asimismo, sería mejor que exista un espacio como camerino o almacen para poder alistarnos en el mismo lugar y facilitar la entrada a nuestra gran fiesta. De igual forma, este espacio podría servir para guardar objetos de valor.

Por último, podemos consultar con los dueños del local si brindarán el servicio de personal de seguridad para el ingreso y la salida del salón.

Qué tipos de bocaditos escoger para tu buffet

Como hemos visto en algunos posts anteriormente, hay varios aspectos que cuidar en nuestra organización, como la preparación del buffet.

Si tenemos el presupuesto para una variedad de bocaditos que van de la mano de la cantidad de personas que hemos invitado, tenemos que pensar qué tipos de bocaditos escoger para el buffet de nuestra fiesta de quince.

Normalmente conocemos a nuestros invitados porque son amigos o familiares cercanos. Sin embargo, es mejor tener diversos tipos de bocaditos para permitir que también se pruebe novedades de sabores en bocaditos.

Lo mejor es que, después de definir la cantidad de invitados que tendremos en nuestra fiesta, escojamos los bocaditos que se repartirá y programemos con qué frecuencia se les ofrecerán.

Piensa en que, en general, hay dos clases de bocaditos: los salados y los dulces. Además, algunos están rellenos con alguna delicia. Hay que elegir por lo menos un par de decenas de los tipos de bocaditos más conocidos.

Los bocaditos salados que normalmente se comparten con los invitados son los sandwiches -que pueden ser de queso, jamón, palta, tomate, pollo deshilachado, entre otros ingredientes-; las empanaditas rellenas de carne, pollo, chancho o pavo; rollitos de hot dog y muchos más.

Y también hay una variedad de bocaditos dulces que utilizan chocolate o manjar blanco para rellenar diversas formas hechas con masa de harina; las orejitas crocantes con azúcar; cocadas; entre otros dulces. Tratemos de no empalagar a nuestros invitados porque si tenemos torta, ¡ésta siempre es dulce!.

Qué hace exitosa a una fiesta de quince


Todas quisiéramos una fiesta de ensueño para nuestro Quince. Sin embargo, muchas veces el presupuesto no juega precisamente a favor de nuestros planes y tenemos que buscar otras alternativas para que todo vaya viento en popa.Desde mi experiencia de quinceañera y amiga de otras quinceañeras que no disponemos de grandes fortunas para esta celebración, puedo decirles que la clave de su éxito reside en la calidez del ambiente, para que todos se sientan como en casa y haya un verdadero espíritu de fiesta.

A su vez, esto no depende de pomposas ceremonias ni adornos recargados. Por el contrario, tanto derroche puede llegar a incomodar a las personas que nos acompañan. Y de no combinar los elementos perfectamente, hasta podría ser de mal gusto para la decoración.

En cuestiones de diseño, les recomiendo buscar algo sobrio que les permita aprovechar el espacio al máximo, sobre todo tratándose de una casa o pequeño local. Siempre debe resaltar un elemento en especial y máximo dos colores que contrasten entre sí y con nuestro vestido.

Por otro lado, es necesaria una mesa central para el pastel. Si no podemos colocar el buffet alrededor, basta con un cartel de bienvenida en la pared frontal y algunos familiares que nos ayuden a llevar a los invitados personalmente a sus asientos.

No hace falta contratar a un DJ si programamos la música en una secuencia variada. Como siempre, hay que considerar los gustos de todos los asistentes y hacer caso a sus pedidos cada vez que soliciten un cambio.

Por supuesto, lo que nunca debe faltar es el brindis con un conmovedor discurso de Quince. Les sugiero que aparte del suyo, solo uno de sus padres hable en representación de la familia. Así habrán cumplido con las formalidades y sin tomar mucho tiempo en el que generalmente todos están concentrados en sus ganas de salir a bailar.

Cuando procuramos que todos se diviertan, su buen ánimo se traducirá en la alegría de la celebración y tendremos el recuerdo de un quinceañero tan exitoso como los responsables de organizarlo.

Quién debe participar en nuestro vals de Quince


Uno de los preparativos para la fiesta de Quince que requieren de especial atención es la coreografía del vals. Para algunas tal vez signifique moverse al son de una música lenta. Pero las que hemos pasado por ello sabemos que si no se coordina a la perfección, cualquier error puede convertirse en algo muy bochornoso.Tampoco es que necesitemos contratar a un bailarín que nos cobre altas sumas de dinero ni hacer una obra musical. Pero sí que tengamos buen criterio para seleccionar qué pasos conformarán la rutina y quiénes nos ayudarán a llevarla a cabo.

Lo más común es que ingresemos al salón del brazo de nuestro padre o padrino y que bailemos con él la primera pieza. Se supone que después viene el resto de nuestros familiares hombres (bueno, sólo los más representativos ¡porque si no nunca acabaríamos!), y que el último debe ceder el paso a nuestro chambelán.

Hasta aquí no hay nada extraordinario. Y tal vez podría acabar en el vals de pareja. Sin embargo, siempre es más atractivo hacer un baile grupal, ya sea inspirado en alguna tradición o según nuestro propio estilo.

En ciertos países de Latinoamérica se elige a varios amigos -chicos y chicas-, aproximadamente entre 5 y 12 parejas vestidas con un traje uniforme, para que ingresen a la pista al turno del chambelán y nos rodeen hasta acabar la canción o unos momentos antes del final para que los invitados puedan apreciar nuestra performance individual.

En otros lugares se estila que algunos cadetes de la Marina o el Ejército sean los chambelanes y mientras la quinceañera baila uno a uno con ellos, el resto aguarde rodeando a la pareja mientras se mueve al ritmo del vals en su propio espacio.

Personalmente, prefiero una coreografía con mis amigos. Aunque para salir del molde cambiaría la música tradicional por un baile moderno. E inclusive podrían esperar en las escaleras y hacer la entrada juntos para generar más expectativa.
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