Cuando iba a realizar mi fiesta, fui una semana antes al estilista para que me hiciera la manicura y me sorprendí con la variedad de modelos y efectos que podían producir.
Sin embargo -y a pesar de la diferencia en los estilos- una quinceañera debe tener en cuenta ciertos tips que vayan de acuerdo a la imagen que queremos dar y que serán muy útiles, sobretodo para las más indecisas (¡que somos muchas!).
En primer lugar, la manicure de quince tiene dos características: brillo y naturalidad. Por eso, lo menos indicado es usar uñas postizas (a menos que sean de gel o silicona) y pintadas en colores muy vivos u oscuros.
En cuestiones de tamaño, puede variar de pequeño a mediano y de preferencia con una terminación cuadrada, pues la redonda no luce tan moderna y generalmente puede llegar a una altura que le haga perder delicadeza al modelo.
Y hablando de formas y diseños, creo que nuestra mejor opción es usar la manicure francesa, que se caracteriza -como dije antes- por los bordes cuadrados y el brillo casi transparente, el cual deja notar la separación entre la parte superior e inferior de las uñas con un aire de sutileza.
El tono que nunca falla es el natural, aunque también es muy popular la combinación rosa en el cuerpo y blanca en las puntas, que permiten aplicaciones de flores u otras figuras para darle mayor coquetería al acabado.
Y si tu vestido es de un color fuerte, puedes encontrar un tono de brillo similar o contrastante, pero siempre manteniendo la transparencia.
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